Luz Rosa Coz Sedano había cumplido ya 37 años de ser maestra. Le apasionaba la educación de los jóvenes y mantuvo proyectos en mente, hasta que Dios – literalmente – allanó el camino dándole la oportunidad.
A portas de jubilarse en un prestigioso colegio particular de la ciudad, un tropel de padres de familia le cerraron el paso a su merecido descanso. Pues, teniendo una reputación muy bien ganada por los resultados evidentes de sus alumnos, varios de los padres vieron el potencial de la educadora y la invitaron a dirigir un nuevo colegio que ellos mismos construirían.
Luz, veía atónita que la “amenaza” se iba haciendo realidad. Sin embargo, para el año 1999 se inauguró el nuevo colegio y ella asumió el compromiso de liderarlo y darle las herramientas para su crecimiento como directora de la institución. Crecimiento que fue vertiginoso en principio por el prestigio de nuestra protagonista y en segundo lugar, por el modelo que finalmente implementó en él.
¿Pero cuál era la inspiración de este modelo? Ella reflexiona: “Mucho antes, el padre proveía el recurso y la madre alimentaba, orientaba y observaba muy de cerca el desarrollo de los niños. Con el tiempo, ambos optaron por el trabajo a tiempo completo; pero los hijos necesitan estructura y control”.
Luz Coz Sedano, con más de 50 años de labor interrumpida, ha formado a lo largo de su vida numerosas generaciones de estudiantes en su natal Huancayo, que hoy son exitosos profesionales destacando tanto en nuestro país como en el extranjero.
Frente al dilema (del cual habría mucho de qué hablar) Luz propone una conciliación: por un lado invita a que el educando permanezca en el recinto académico en un horario extendido, con seguimiento y formación cristiana y académica a sus ojos; y por el otro, brinda tiempo a los padres de no frustrar sus metas personales con la confianza de que velarán por los suyos”.
Así, la senda fue clara para el nuevo colegio que dirigía, pero la falta de visión, falta de compromiso de servicio, sumados a los intereses de retorno a la inversión motivaron su salida.
Sin mellar su prestigio profesional ella desiste de esta mala experiencia en diciembre del 2004 y pocos meses después, profesores, padres de familia y amigos colaboraron con ella para fundar un colegio propio, que mantenga sus principios cristianos y su modelo de formación.
Un 29 de junio del año 2005, se celebró la primera reunión de la proeza llamada Jesús el Maestro High School para que un 28 de diciembre del mismo año se coloque la primera piedra y se levante sus cimientos. Le decimos proeza porque es difícil creer que en nuestros años se haga empresa prestándose cantidades importantes de dinero tan solo por amistad.
Luego de una ceremonia simbólica de “dedicación”, el 01 de abril del 2006 al servicio de Dios y de los educandos, se prepararon para dar inicio a sus clases tan solo dos días después (03/04/2006); bajo los valores institucionales de FE, PERSEVERANCIA y SERVICIO.
Jesús el Maestro High School, inició con cuarenta (40) alumnos aquella fecha tan memorable que al presente son 240, con un promedio de menos de veinte alumnos por aula, con mística de servicio y formación integral, bajo una tutoría personalizada, brindando orientación a los padres de familia integrándolos en el proceso educativo, con espacios ecológicos, proyectos sociales, infraestructura que supera las expectativas de sus fundadores, y un horario extendido que plasma las ideas preclaras de nuestra protagonista. Todo ello con el propósito de formar personas íntegras y competentes, fortaleciendo sus familias.
Propio, distintivo y suigéneris; es el esmero de la promotora, gerente general y CEO de Jesús el Maestro High School por la alimentación de los chicos. De toda su agenda laboral, la menos disponible es la hora del almuerzo. Ella vela exhaustivamente porque en la cocina se brinde alimentos de calidad y – a su vez – que los estudiantes, administrativos y docentes; coman TODO lo que se les provee como dieta normal.
Es evidente que muchos empresarios son atraídos por el nicho económico. Por ende, Luz Coz no solo advierte evitar este mercantilismo sino que actualiza constantemente y brinda facilidades para mantener a Jesús el Maestro High School a la vanguardia de la educación.
Nacida de padres agricultores, con firmes convicciones cristianas de servicio, ha hecho posible hacer, sin prebendas ni canonjías, un emprendimiento de su vocación. Ha construido la forja de alumnos, de padres y de docentes que hoy, desde cualquier punto geográfico donde se hallen, siempre recordarán su gran labor. ¶